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El desabastecimiento y el efecto invernadero.

Una de las preocupaciones que más se ha tratado en los debates científicos y en organismos como la FAO es justamente el escenario apocalíptico de un mundo con escasez de alimentos.

Ante la constante explosión demográfica en el mundo, no sólo ha preocupado el cómo conseguir alimento de manera sustentable para las generaciones venideras, sino que en ese afán de abastecer un mercado que no deja de crecer también se le está haciendo un daño, quizás irreversible, al ecosistema.

Una de las industrias que más perjuicio ha ocasionado en ese sentido es la ganadera. La ganadería es el principal contribuyente de la deforestación, la degradación de la tierra, la contaminación del agua y la desertificación. Los campos ganaderos se han hecho tan extensos que utilizan casi el 30% de la superficie libre de hielo del planeta.

La Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) estima que la demanda de carne seguirá aumentando en un 70% para el 2050.

Sólo en un año se crían 56 mil millones de animales terrestres que se sacrifican para obtener alimentos según la FAO.

¿Qué alternativas de solución podemos asumir para evitar este deterioro ambiental y abastecer oportunamente de alimentos a las siguientes generaciones?

Una opción es dejar de comer carne, o en su defecto reducirla. A pesar de ciertos cambios en la alimentación de las sociedades modernas, las poblaciones veganas y vegetarianas representan apenas una minoría en las naciones occidentales. Entre el 1 y 10 % en Europa y 5 y 7 % en EEUU. Esto no se ha visto como solución hasta ahora.

Otra posible solución, que ha tomado mucha fuerza en estos años, son las tecnologías de impresión 3D.

¿Por qué la carne impresa en 3D es tan prometedora?

Un grupo de científicos japoneses de la Universidad de Osaka aseguran haber creado con éxito la primera impresión 3D de un trozo de carne Wagyu, considerada la más cara del mundo. Para tal efecto utilizaron la bioimpresión tridimensional para replicar la disposición del corte de músculos, grasa y vasos sanguíneos.

Al igual que la impresión 3D tradicional, la bioimpresion usa un modelo generado por computadora que deposita capas de material para crear un proyecto tridimensional final.

Sin embargo, a diferencia de los métodos estándar que utilizan materiales como plástico o metal, la bioimpresión tridimensional apila células vivas para construir estructuras complejas como vasos sanguíneos y tejido muscular.

Para crear la carne manufacturada, los científicos utilizaron dos tipos de células madre de razas específicas de vacas Waygu. Los científicos nipones lograron desarrollar un método de impresión 3D que reproduce estructuras complejas como fibras musculares, grasa y vasos sanguíneos.

A la fecha, nadie ha probado la carne, por lo que aún está por verse el rendimiento del sabor de la carne, pero se necesitan más estudios antes de que alguien pueda cocinar o comer.

Debido a que los experimentos anteriores con carnes cultivadas han producido cortes en gran parte no estructurados, el equipo espera que este método de impresión de alto control pueda mejorar la textura de la carne cultivada en laboratorio. 

En teoría, un método de impresión de carne personalizable significa que los científicos podrían crear cortes de carne de res más tiernos y sabrosos que los que existen en la actualidad.

Los científicos esperan que su carne impresa en 3D sea una opción atractiva para aquellos que buscan reducir su dependencia del ganado, que actualmente representa alrededor del 15 % de las emisiones de gases de efecto invernadero en el mundo.

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