La fiscal departamental de Potosí, Roxana Choque, informó hoy que el Ministerio Público demostró que Gregorio C. de 37 años cometió el delito de violación contra su hija de siete años en repetidas ocasiones entre 2009 y 2016, por lo que se emitió la condena de 30 años de privación de libertad en el penal de Cantumarca.
“Durante la audiencia, el Ministerio Público ofreció pruebas consistentes como la entrevista psicológica a la menor en la que identifica a su agresor, informe psicológico en el que se establece el estado emocional de la víctima, certificado médico, declaraciones testificales y otros elementos que fueron valorados por los miembros del Tribunal que emitió sentencia”, dijo Choque, citada por ABI.
Las agresiones iniciaron cuando la menor y su familia vivían en Santa Cruz. El agresor llegaba en estado de ebriedad al domicilio y vejaba a su hija de siete años, a quien amenazaba para que no contara nada.
En 2013, la familia de la víctima se trasladó a Potosí y las agresiones continuaron, pero en 2016, los padres de la menor se separaron y las vejaciones cesaron.
Sin embargo, en 2018, los padres retomaron su relación sentimental y la menor decidió contar sobre las agresiones a su abuela materna. El 15 de noviembre de ese año se presentó la denuncia ante el Ministerio Público.
De acuerdo a las declaraciones de la víctima, ella no contó nada de lo que ocurría por miedo a que les pase lo mismo a sus hermanas menores, ya que su agresor la tenía amenazada, señala una nota de prensa.