Se sospecha que los restos proceden de algún aparato de la cadena de producción y “no suponen un riesgo para la salud desde el punto de vista médico”, esto en un comunicado conjunto entre Moderna y Takeda.
Las vacunas de Moderna, producidas en España fueron rechazadas por Japón al hallarse impurezas en los viales, ya que contenían “partículas de acero”, según anunció Moderna. Añadió además que no representa ningún riesgo sanitario.
Estas declaraciones son las conclusiones de la investigación y análisis de laboratorio de la farmacéutica estadounidense y su distribuidora en Japón, Takeda, así como la farmacéutica española Rovi, que produce y envasa las vacunas para el mercado japonés, debido a la decisión del Gobierno Japonés de bloquear 1,63 millones de dosis de la vacuna por haber encontrado sustancias extrañas en algunos frascos.
Según manifiesta Moderna y sus aliadas estratégicas lo más probable es que los restos de acero hallados en los viales sea producto de la fricción entre piezas de este material debido a un fallo técnico en la cadena de producción.
Las sustancias y partículas encontradas en los viales de las vacunas son de acero inoxidable de tipo 316, material usado a menudo en la manufactura, industria alimentaria o presente en implantes médicos y otros accesorios sanitarios.
Las vacunas que fueron retiradas pertenecían a tres lotes producidos en la planta de Rovi, y fueron bloqueadas como precaución cuando se detectó irregularidades en frascos correspondientes a uno de los tres lotes.
Las autoridades japonesas investigan la muerte de dos personas que fueron vacunadas con uno de los tres lotes antes de que fueran retirados. El objetivo es intentar esclarecer si las muertes están relacionadas con la inoculación.
