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Los robots empiezan a dominar los trabajos de almacén y logística

Los últimos avances en inteligencia artificial han logrado que las máquinas sean capaces de tareas que antes solo dominaban los humanos. Dentro de pocos años, su rápido auge eliminará los empleos de calificación media, a favor de otros de nivel alto y bajo.

En los meses previos a las primeras noticias sobre el coronavirus (COVID-19), un nuevo tipo de robot fue puesto en marcha. Construido gracias a varios años de avances en aprendizaje profundo, era capaz de recoger todo tipo de objetos con una precisión impresionante, lo que lo hacía ideal para los trabajos como clasificar productos en paquetes en los almacenes.

Los anteriores robots comerciales se habían limitado a realizar tareas con poca variación: podían mover palés a lo largo de caminos prefijados y tal vez desviarse ligeramente para evitar obstáculos. Los nuevos robots, con su capacidad para manipular objetos de distintas formas y tamaños en orientaciones impredecibles, podrían abrir un conjunto completamente diferente de tareas para la automatización.

En aquel momento, la tecnología aún estaba en fase de pruebas. Luego llegó la pandemia. A medida que la demanda de comercio electrónico se disparó y la falta de mano de obra se intensificó, los robots impulsados por inteligencia artificial (IA) se volvieron una necesidad.

Covariant, una de las muchas start-ups que trabajan en el desarrollo del software para controlar estos robots, afirma que está experimentando un rápido aumento de la demanda en sectores como moda, belleza, productos farmacéuticos y alimentación, al igual que su rival más próximo, Osaro. Los clientes que antes participaban en programas piloto han decidido integrar de forma permanente los robots impulsados por IA en sus líneas de producción.

Knapp, la empresa de tecnología de logística de almacenes y uno de los primeros clientes de Covariant, que empezó a probar la tecnología a finales de 2019, asegura que tiene “una cartera completa de proyectos” a nivel mundial, incluida la modernización de almacenes antiguos y el diseño de otros completamente nuevos optimizados para ayudar a los robots colectores de Covariant a trabajar junto a los humanos.

Hasta ahora, se han implementado alrededor de 2.000 robots impulsados por IA, con uno o dos en un almacén típico, según el analista del mercado de robótica industrial en ABI Research, Rian Whitton. Pero este sector ha alcanzado un nuevo punto de inflexión, y predice que cada almacén pronto tendrá más de 10 robots, llegando al total de decenas de miles de robots en los próximos años. El número crece con bastante rapidez. En parte, la pandemia ha sido la responsable, asegura.

Nueva ola de automatización

Durante la última década, el sector de la venta online al por menor y de los envíos han ido automatizando más sus almacenes constantemente, con los grandes nombres a la cabeza. En 2012, Amazon adquirió Kiva Systems, la empresa de robótica con sede en Massachusetts (EE. UU.) que produce los robots móviles autónomos, conocidos en la industria como AMR, para mover los estantes de productos. En 2018, FedEx empezó a usar suas propios AMR, diseñados por otra start-up diferente con sede en Massachusetts, Vecna Robotics. El mismo año, el supermercado británico online Ocado llegó a los titulares con su centro de logística altamente automatizado en Andover (Inglaterra), con una gigante red de robots zumbando por los andamios metálicos.

Pero hay una razón por la que estas primeras oleadas de la automatización llegaron principalmente en forma de AMR. Desde el punto de vista técnico, mover objetos del punto A al punto B es uno de los desafíos robóticos más fáciles de resolver. Es mucho más difícil manipular objetos para sacarlos de estantes y contenedores, o ponerlos en cajas y embolsarlos, como lo hacen los trabajadores humanos con agilidad.

Esto es en lo que se especializa la última generación de las empresas de robótica como Covariant y Osaro, en la tecnología que no se volvió comercialmente viable hasta finales de 2019. En la actualidad, sus robots son más hábiles en tareas de manipulación simples, como recoger los objetos y colocarlos en cajas, pero ambas start-ups ya trabajan con clientes en secuencias de movimientos más complicadas, incluido el embolsado automático, que requiere que los robots trabajen con materiales ondulados, endebles o translúcidos. En unos pocos años, cualquier tarea que antes requería la mano de obra humana podría automatizarse total o parcialmente.

Algunas empresas ya han empezado a rediseñar sus almacenes para aprovechar mejor estas nuevas capacidades. Knapp, por ejemplo, está cambiando la distribución de su planta y la forma en la que mueve la mercancía según el tipo de trabajador (robot o humano) que sería mejor en el manejo de diferentes productos. Para los objetos que los robots todavía no llegan a entender, como una bolsa de red con canicas o la cerámica delicada, el algoritmo central de rutas los enviaría a una estación con los trabajadores humanos. Los artículos más comunes, como los del hogar y los escolares, irían a una estación con robots.

El cofundador y CEO de Osaro, Derik Pridmore, predice que los almacenes completamente automatizados podrían ser realidad dentro de dos años en sectores como la moda, ya que la ropa es relativamente fácil de manejar para los robots.

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By dayra

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