25horas.com.bo

Los niños víctimas de la sucia guerra de pandillas en Marsella, Francia

“El estado nos está defraudando” es el mensaje en este muro de la urbanización donde mataron a un niño.

Hace dos semanas, un joven de 14 años llamado Rayanne fue asesinado a tiros por otro joven en una moto en las afueras de la urbanización Les Marronniers donde vivía, en el norte de Marsella.

Otros dos chicos, uno de 14 y otro de 8 años, resultaron heridos en el ataque.

Durante el fin de semana siguiente, otras tres personas fueron asesinadas en Marsella, también en guerras territoriales por drogas. Uno de ellos fue quemado vivo en la parte trasera de un vehículo.

En lo que va de año, se han producido 15 asesinatos por parte de pandilleros en la segunda ciudad más importante de Francia. Doce desde el comienzo del verano.

Inicio de una tendencia

Lo que hace que la gente hable, y se preocupe, es la corta edad de muchas de las víctimas.

Rayanne es un ejemplo de ello. Sus familiares insisten que era un chico normal en edad escolar que quedó atrapado en el fuego cruzado.

Pero los investigadores piensan, no obstante, que él era un “chouffeur”, un vigilante, pagado por una de las pandillas para patrullar frente a su condominio.

La policía, magistrados, trabajadores sociales y periodistas locales coinciden que la edad de estos ayudantes de drogas se ha vuelto cada vez más joven.

“La primera vez que mataron a un joven de 16 años en 2010 fue estruendoso. Pero pensamos que era un caso único. Viéndolo en retrospectiva, podemos ver que fue el comienzo de una tendencia”, dijo una trabajadora social al diario Le Monde.

Según el escritor y experto sobre los barrios pobres del norte de Marsella, Philippe Pujol, “los asesinatos en Marsella son siempre por puntos de venta. Los grandes jefes se pelean en Marruecos o España. Pero aquí en el terreno se ha subcontratado el comercio minorista, y son los adolescentes los que hacen el trabajo”.

Los jóvenes pueden ser reclutados en Internet y muchos provienen de otras ciudades francesas.

“Es como un trabajo de verano, pero son mucho más vulnerables que los muchachos locales porque están muy aislados”, dijo un juez de instrucción a Le Monde.

De acuerdo con Pujol, muchos jóvenes reclutas se endeudan con los líderes de las pandillas. Algunos comienzan a tomar drogas. Con las redadas policiales cada vez más frecuentes, es difícil encontrar nuevas zonas de venta.

“Jóvenes y endeudados. Quieren hacer grandes ventas, así que se alejan más de sus territorios. Y es ahí donde viene la competencia. Se enfrentan a otros chicos de otras pandillas, también haciendo grandes apuestas”

Dejanos tu reacción?
+1
0
+1
0
+1
0
+1
0
+1
0
+1
0
+1
0

By dayra

Leave a Reply

Your email address will not be published. Required fields are marked *