La canciller alemana, de fe protestante, recibió el premio Carlos V en Yuste, retiro del que fue gran y cruel perseguidor del protestantismo en Europa.
Angela Merkel ha recibido este jueves el XIV Premio Europeo Carlos V, un galardón que reconoce la aportación de una figura social o política al proyecto europeo. Recibió el premio de manos del Rey de España, Felipe VI, y ante la presencia de autoridades nacionales e internacionales.
“Como hija de pastor evangélico, resulta un honor para mí recibir el premio que lleva el nombre de Carlos V en Yuste”, afirmó esbozando una sonrisa Merkel, que recordó el alto malestar que supuso para el monarca el avance del protestantismo en Europa. La canciller aprovechó la anécdota para señalar la importancia del valor de la tolerancia en la Europa actual, recordando que la paz “nunca se ha de dar por sentado”, sino que es algo que exige un compromiso constante.
La propia Ángela Merkel ha afirmado repetidamente en público su fe como cristiana protestante, declarando: “La fe cristiana es básica en mi vida”.
Aparte de la paradoja, según el jurado, este reconocimiento trata de “reconocer la labor de aquellas personas organizaciones, proyectos o iniciativas que hayan contribuido al conocimiento general y engrandecimiento de los valores culturales, sociales, científicos e históricos de Europa, así como al proceso de construcción e integración europea”.
Inquisición en España
Antonio Manuel Simoni, profesor de Historia en la Facultad protestante de Asambleas de Dios en Córdoba, escribió en su perfil de facebook: “En el siglo XVI, el emperador Carlos V le dijo a su hijo Felipe II que “no fuese señor de herejes”, convirtiendo su reinado en una obsesión para que la Reforma Protestante no prosperase en Europa, y especialmente en España, donde impulsó terribles autos de fe de la Inquisición.”
Los autos de fe de 1559 celebrados en Valladolid y en Sevilla para eliminar los focos protestantes que habían surgido en esas dos ciudades sirvieron de modelo para los posteriores. España fue responsable de la persecución y eliminación sistemática de todos los disidentes de lo que se consideró a partir de entonces la religión oficial del país
“500 años más tarde la hija de un pastor protestante luterano, Ángela Merkel, recibe el premio Carlos V” dice Simoni, “y precisamente en Yuste, donde Carlos V se retiró a para vivir los últimos días de su existencia.”
Finaliza Simoni: “Nos felicitamos como europeos por haber tenido en los momentos más difíciles una gobernante con principios cristianos, convicciones propias y una ética ejemplar, valores que en los países donde no prosperó la Reforma suele ser un bien escaso”.
Por su parte el intelectual y escritor Juan Antonio Monroy escribe: “La luz del Evangelio que tan espléndidamente comenzó a brillar en España en el siglo XVI, fue apagada por el rey Felipe II. Este rey, que había declarado que prefería reinar sobre un desierto antes que sobre un país habitado por herejes, había logrado su deseo. A su muerte no se encontraba ni un solo protestante en España. Los pocos que habían escapado a los autos de fe de la Inquisición huyeron al extranjero”.
Fuente: Evangelio Digital