El diputado de la agrupación política española Podemos, Alberto Rodríguez, que atacó a la Policía durante las manifestaciones ocurridas el 25 de enero del 2014 en Tenerife. Ahora, fue finalmente condenado.
La presidente del Congreso, la socialista Meritxell Batet, no le ha quedado más opción que retirarle el escaño al diputado comunista de Podemos, Alberto Rodríguez, a pesar de ser un aliado de su coalición.
Batet ha ejecutado el oficio remitido por el Tribunal Supremo y la banca no podrá ser más ocupada por Rodríguez, quien deberá dejarle el lugar a uno de los suplentes del plantel de Podemos.
Rodríguez fue condenado a principios de octubre por el “atentado a la autoridad y delito de lesiones leves” luego de que concluyera el largo juicio que enfrentó tras haber pateado y golpeado a un policía en una manifestación de 2014, en la que el ahora ex diputado participó como protestante.
Rodríguez ya había estado detenido en 2012 por participar de las violentas marchas del Movimiento 15M, pero finalmente quedó absuelto. Tras salir de la cárcel, no perdió ni un día y volvió a liderar manifestaciones violentas, que concluyeron en la desgracia.
Los hechos se remontan al 25 de enero de 2014, cuando el entonces ministro José Ignacio Wert acudió a La Laguna a inaugurar la catedral y él lideró la protesta contra el acto. En la concentración, se incautaron bolsas con piedras y dos periodistas tuvieron que ser atendidos por botellazos, además de siete policías que resultaron heridos por los ataques, uno de ellos, herido directamente por una patada de Rodríguez.
En 2016 y con el juicio todavía en las etapas iniciales, Rodríguez fue electo diputado, e incluso llegó a ser Secretario de Organización de extrema izquierda Podemos en 2019, por lo que en todo este tiempo la causa estuvo cajoneada. Sin embargo, por pedido de un grupo de abogados vinculado a VOX, la causa se volvió a movilizar y finalmente fue condenado por sus actos.
El Tribunal lo sentenció a 45 días de prisión por el ataque y a ser inhabilitado de ejercer la función pública, por lo que el Congreso le pidió que abandone su banca.
