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La cocaína exportada en 2021 desde Colombia, Perú y Bolivia hacia Estados Unidos y Europa llegó a 2.000 toneladas, una cifra que nunca antes se había producido, señala un informe que presentó ayer la Organización de Naciones Unidas (ONU), aunque no presentó datos comparativos.

El documento también menciona el incremento de la producción coca, pero el aspecto clave está referido al aumento de la exportación de droga desde Sudamérica, que se basa en datos de incautaciones. El organismo señala un “aumento constante” de la demanda en la última década e incautaciones que alcanzaron la cifra récord en 2021 (las 2.000 toneladas mencionadas).

El informe se basa en secuestros de droga realizadas en EEUU y Europa. Advierte que Colombia sigue dominando las rutas de tráfico en América del Norte, donde la mayor parte de la cocaína tiene como destino a Estados Unidos. 

Pero, advierte que de 113 muestras enviadas a la administración antidrogas por seis países europeos se pudo determinar y analizar que el 67% rastrearon a Colombia como país de origen, el 27% a Perú y el 5% a Bolivia. Sin embargo, las rutas hacia Europa han evolucionado. El papel dominante de los puertos de Colombia como punto de partida parece estar disminuyendo, y los traficantes transitan cada vez más su producto por Centroamérica y otros países de Sudamérica.

La cocaína procedente de Bolivia y Perú se transporta cada vez más por medio de las rutas del Cono Sur a través de Paraguay y la hidrovía Paraná-Paraguay. Los grupos delictivos, a menudo procedentes de Brasil, utilizan aviones para cruzar la frontera y luego barcos por el río hasta el Atlántico.

El informe advierte que Bolivia, un país sin salida al mar que comparte fronteras con cinco naciones, funciona hasta cierto punto como un país de tránsito, pero subraya que es país productor de cocaína.

Aparte de la cocaína que sale de Bolivia a través de la frontera con Perú, el tráfico de cocaína desde Bolivia se da hacia el este y el sur, entre Brasil, Paraguay, Argentina y Chile. Por otro lado, aparte de Brasil, la evidencia disponible no indica cantidades significativas de cocaína llegando a países de tránsito sudamericanos al norte de Bolivia, como Ecuador, Guyana, Surinam o Venezuela.

“Parece haber marcadas diferencias entre los mercados de destino de Europa y América del Norte en términos de la importancia relativa de los tres países de origen; en particular, la participación atribuible a Bolivia y Perú tiende a ser más alta en Europa que en América del Norte, a pesar de que Colombia es un país de origen importante también en Europa, mientras que el mercado de América del Norte parece ser abastecido predominantemente desde Colombia”, concluye.

Basado en perfiles forenses realizados por el programa antidrogas estadounidense, durante la segunda mitad de 2012, de las 436 muestras tomadas de 99 incautaciones en los Estados Unidos, al menos 1 kg de cada una de las realizadas durante enero-junio de 2021, determinó que el 98% se originó en Colombia.

Otra cosa son las plantaciones de coca, que aumentaron en un 35% entre los años 2020 y 2021 en Bolivia, Colombia y Perú. De acuerdo con el informe, los cultivos del arbusto estaban por las 200.000 hectáreas en el año 2020, pero 12 meses después se ubicaban en 300.000 hectáreas. 

Además de la expansión de cultivos de arbusto de coca, la ONU explica que una vez recogidas, las hojas se entregan a químicos que las mezclan con gasolina, cal, cemento y sulfato de amonio para obtener una pasta blanca. Después se enriquece esta pasta con un cóctel de ácidos y disolventes. Resalta el fuerte aumento por “las mejoras en el proceso de transformación” del arbusto de coca en clorhidrato de cocaína.

Bolivia y la Organización de Naciones Unidas (ONU) no tienen los mismos datos sobre la producción de coca. Esto saltó esta semana en la reunión de la Junta Internacional de Fiscalización de Estupefacientes (JIFE).

“Nosotros queremos demostrar que la gran mayoría de la producción de la hoja de coca, de las 29.200 hectáreas que se encuentran en el país, más de 22.000, aproximadamente, van al consumo local”, alegó el ministro de Gobierno, Eduardo Del Castillo, en la reunión de la JIFE.

Pero, la Unodc informó que los cocales llegaron a las 30.500 hectáreas entre 2020 y 2021. La cifra supera en 8.500 hectáreas a las permitidas por la Ley 906 del Régimen General de la Coca y en 1.300 hectáreas al reporte entregado hace cuatro meses, en noviembre de 2022. El vicepresidente David Choquehuanca apeló al uso milenario de la hoja, pero los datos rebasan el discurso.

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By dayra

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