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Con una feria nocturna, el contrabando vence hasta las zanjas de la frontera en Pisiga

Cada 15 días se hace la feria de Colchane, desde donde cientos de personas incurren en el contrabando hormiga al ingresar mercancías a Bolivia.

Nada detiene el contrabando hormiga en Pisiga, la frontera  de Bolivia con Chile. No lo logró la pandemia, tampoco las fiestas patrias del país vecino, que este año se celebraron el 17,18 y 19 de septiembre con un extendido feriado que coincidió con la fecha de la feria nocturna quincenal que se realiza en Colchane, territorio chileno, y en torno a la cual se mueve la actividad comercial ilegal.

El sábado 18 de septiembre, como cada 15 días, al amparo de la oscuridad, los compradores llegaron por el lado boliviano de Pisiga, en la provincia Sabaya de Oruro, caminando hasta el lado chileno, Colchane, atravesando a pie ese pedazo de desierto que todos conocen como La raya. También en la oscuridad compraron lo que llegaron a buscar u otra oferta que se presentó e igualmente, caminando, regresaron hasta la parte boliviana atravesando las profundas zanjas cavadas por decisión de ambos para frenar el contrabando.

Las excavaciones de unos tres metros de profundidad no detuvieron en la oscuridad ni en el día a las cientos de personas que, cargando televisores, productos de línea blanca, cajas de decenas de zapatos, alimentos y fardos de ropa usada y otros se metieron y salieron de los huecos  ante la mirada de uniformados chilenos y la ausencia de las autoridades bolivianas.

Al otro lado de las zanjas está la población boliviana Pisiga Bolívar, donde tampoco se advirtió a ningún uniformado o autoridad  que haga cumplir la Ley 1053 de lucha contra el contrabando. La autoridad se comprometió a llegar a las puertas de la subalcaldía, que en sábado está cerrada, sin embargo, nunca llegó y no volvió a atender las llamadas.

Se pudo constatar que la autoridad estaba muy ajetreada en la atención de su almacén ubicado en una de las esquinas de la plaza principal del pueblo, llena de vendedores y compradores.

El asambleísta por territorio de  Sabaya, donde se encuentra Pisiga, José Luis Araníbar Ayaviri, remarca que el control del flujo del contrabando en Pisiga corresponde a la Aduana, Fuerzas Armadas y Policía, en el marco de la Ley 1053. Asegura que ese control se da, sobre todo en la noche, pero en medio de excesos cometidos por los uniformados contra los pobladores de la región fronteriza.

La Policía como las Fuerzas Armadas controlan; tal vez en el día no se lo ve actuar, pero en las noches se movilizan, cometiendo excesos, extorsionando y violando los derechos humanos. En la noche confunden a todo el mundo, disparan o torturan a inocentes. Sólo se dedican a eso y no a controlar la seguridad ciudadana en la frontera, señala.

Araníbar informa que en la Asamblea Departamental de Oruro se analiza una serie de denuncias presentadas al respecto y se recopilan pruebas. Al mismo tiempo indica se trabaja una nota destinada a la Aduana Nacional pidiendo información sobre las atribuciones de los uniformados en el marco de la ley.

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By dayra

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