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La vida de Eva María Do Santos era de lo más tranquila y sin sobresaltos. Vivía junto a su familia en su natal San Ignacio, hasta que hace tres años el cáncer tocó a su hijo Bruno Andrés, que para entonces tenía 12 años, por lo que tuvieron que mudarse a la capital cruceña. Han sido tres años de lucha, en los que su hijo pasó por una cirugía, por sesiones de quimioterapia y de radioterapia, pero también en los que ella ha tenido que tocar las puertas de voluntariados y de amistades, y organizar actividades para reunir recursos. 

“La enfermedad es terrible, pero lo más difícil es conseguir plata para los tratamientos”, dice Eva, quien asegura que la gratuidad sigue siendo un anhelo para los pacientes con cáncer, toda vez que el Sistema Único de Salud (SUS) no garantiza todo el tratamiento. Su hijo está a punto de vencer la enfermedad, pero asiste a los controles de sostenimiento al Oncológico. 

Lucía (2) juega en el parque infantil del Oncológico mientras su madre Zaleth Lara Gonzáles (22) cuenta el drama que viven desde que su pequeña fue diagnosticada con un tumor en el brazo derecho, cuando la bebé tenía apenas dos meses. Estuvo cerca de un año con quimioterapia intravenosa y oral, y ahora asisten a consultas de control. Ellas contaron con la ayuda de Afanic España para las quimioterapias, pero Zaleth asegura que desde la salida de esa organización la carga para los padres es más pesada porque en la farmacia institucional no disponen de los medicamentos para las quimioterapias. “Los padres prácticamente están solos en esta lucha porque es poca la ayuda del Estado”, dice. 

Ana Figueroa y Ana Machado, representantes de los padres de niños con cáncer, coinciden que la situación en el Oncológico no ha cambiado, porque los papás siguen padeciendo por los medicamentos, la falta de espacio y de personal suficiente, lo que los lleva a apoyar las medidas por ítems. 

Señalan que los padres estaban esperanzados en que la reglamentación iba a garantizar la gratuidad, pero ese anhelo se esfumó al enterarse, a través de la gaceta oficial, que salió el documento y no hay un presupuesto. Además, reclaman que se hizo sin consenso.

Machado manifiesta que no descartan medidas de presión porque la farmacia institucional y el laboratorio no funcionan en el horario nocturno por falta de personal. “Si un enfermo necesita un remedio en la noche debe buscarlo en farmacias privadas”, dice.

Agrega que en la farmacia institucional no dispone ni de los medicamentos para quimioterapias más económicas (una ampolla de Bs 70) y peor de las más caras (donde cada ampolla cuesta Bs 8.000).

Historias de lucha
El próximo 27 de mayo Damaris cumplirá cuatro años y el cáncer apagó la luz de sus ojos, pero sus ganas de vivir es la que empuja cada día a su familia a seguir luchando para conseguir todo lo necesario para su tratamiento en el Oncológico.

Su padre Alejandro Hurtado (21) señala que cuando tenía un año empezó a notarse los problemas en la vista por un tumor y comenzaron los tratamientos que tuvo que enfrentar solo, porque la madre de la pequeña se fue cuando ella tenía cinco meses. “Me hago cargo de mi hija.

Gracias a que mis padres también me ayudan puedo seguir adelante”, dice mientras aguarda su turno para que atiendan a su hija. “Cargo un bolsón con todo lo necesario, porque no sabemos si quedará internada”, dice.

Este joven padre le pone ganas para seguir adelante. Asegura que cuando puede trabaja como albañil. “Hago lo que sea por mi hija, lo único que no pude fue salvarle la vista, pero gracias a Dios está con vida junto a nosotros y eso es lo que importa. Es vivísima, es como una niña normal, nunca está quieta, a todos nos reconoce por la voz”, comenta entre lágrimas. 

Asegura que no es fácil enfrentar el cáncer con escasos recursos, pero se siente bendecido por contar con la ayuda de organizaciones que tienden la mano a los pacientes con cáncer.

La solidaridad es lo que mantiene de pie a los que luchan contra el cáncer y eso se nota en todo momento. Juan López (40) y Juana Vaca (35), que también luchan contra la leucemia que padece su hijo Jesús David, compartieron con ellos una sopa que compraron ayer a mediodía. Los cinco pudieron comer de este plato que la pequeña Damaris deleitó a la espera de su cita. 

Jesús David, de tan solo dos años, es el último de sus seis hijos. Este jueves acudieron para que el niño reciba quimioterapia, pero desde hace tres meses viven el viacrucis de trajinar al hospital. 

Ellos son de San Miguel de Velasco y tuvieron que dejar a sus otros hijos para trasladarse a la capital cruceña en busca de los tratamientos para su hijo y una amiga les prestó un cuarto. “Algunos medicamentos nos dan y otros hay que conseguir”, comenta Juan.

Aidee Céspedes ha tenido la suerte de contar con una atención y una medicación muy buena en otro país. 

Su hijo tiene 12 años, pero a los 8 le diagnosticaron leucemia y por recomendación se trasladaron hasta Buenos Aires a buscar tratamientos y retornó al país cuando estaba en etapa de mantenimiento, en 2020.


“Uno compara y dice qué lindo sería contar con todo eso en nuestro país. Allá lo tomaron como paciente, le hicieron el diagnóstico y de inmediato comenzaron a tratarlo. En el tratamiento no gastamos ni un peso, solo necesitamos para la alimentación cuando no estaba internado. Allá ven la forma de que cumplan el tratamiento en el tiempo previsto”, dice.

“Qué lindo sería que algún día tengamos algo así, con una atención completa y el trato sea con mucha empatía”, comentó Aidee.

PARA SABER

HOSPITAL SAN JUAN DE DIOS
Los trabajadores del San Juan de Dios cumplieron este jueves un paro de 72 horas para exigir la dotación de ítems, medicamentos e insumos.


ONCOLÓGICO
El personal de salud del Oncológico cumple este viernes un paro de 72 horas. Exigen la reposición de ítems y la dotación de medicamentos. Este jueves marcharon hasta la Gobernación.

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By dayra

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